sábado, 28 de marzo de 2015

Manos que trazan

en un rincón de mi cuerpo
que antes era vértice
ya no hay punto

.

es difícil ser triángulo
con un lado deshecho,
¿matemáticas burladas?

..

no puede pasar
más que una línea
por dos puntos

...

y el tercero abre
dimensiones esperadas,
puertas y ventanas.


la huida del triángulo
a icono despuntado,
o puntos separados.

estúpida norma,
triángulo no necesita
de tres puntos

sino de dos manos.



miércoles, 25 de marzo de 2015

Defíname banco

¿Si te digo banco? 

Banco es establecimiento público de crédito, constituido en sociedad por acciones. Pero eso no te dice nada, ni a ti, ni a mi, ni a las personas que escribieron su definición en la real Academia.
Banco es tan abstracto en concepto como en materia, y no sé si existe en realidad, no sé si lo puedo tocar, no sé si con un mapa y una brújula llegaré a la x que señale "banco".
Lo que sí sé es que banco influye en las personas, banco sale de la boca de mi padre con miedo cuando se acerca fin de mes, banco suena a indignación en los bolsillos de mis abuelos, bolsillos que no suenan al "clin, clin" de moneditas que ofrecer a sus nietos. Banco suena a resignación, la peor canción para el oído de clase media y la que ocupa los puestos más altos en los cuarenta principales, 
banco canta con intereses
banco regala sonrisas al 12% anual
banco ofrece papel verde sellado a cambio de trabajo
banco tiene casas cerradas y gente durmiendo en los portales
banco se mueve y no sabemos como,
banco tiene vida, banco tiene nuestras vidas.

¿En qué momento dejó banco de ser peces moviéndose juntos en la corriente, moviendo las aletas sin miedo y haciendo burbujas de amor en la pecera de Juan Luis Guerra? Banco, blitzkrieg de la anti-materia, de lo abstracto, está acabando con sus homónimos:

~ de hielo.

1. m. Extensa planicie formada de agua del mar congelada, que, en las regiones polares o procedente de ellas, flota en el mar. 


~ de niebla.

1. m. Masa de niebla que se halla diseminada en una superficie.

Ay, banco de hielo que se desploma a lo más profundo de los mares, que llora por unas cuencas erosionadas lágrimas que arden de líquido dolor y funden el hielo desde el exterior. ¿Y la niebla? Quién verá la niebla más allá de sus ojos, espesa, como para sentarse en un banco de Bilbao a escribir una nivola, si hay un banco que no es de niebla que quiebra los lagrimales con abstracta alevosía...

¿Y si te digo banco? No pienses en dinero, no pienses en crédito, no te quiten un techo, no sean papeles en blanco firmados y sellados los que compren tu conformidad. 

Si te digo banco mírame, sentada en una tabla de madera y cuatro palos, y acércate y siéntate a mi lado,
mi sonrisa va a llegar sin IVA
de mis labios no saldrán números que no alcance a contar con mis dedos
porque no soy abstracta, no quiero más ambición que un libro en el parque, sentada en en un rectángulo para dos que me resisto a llamar banco

porque somos peces para mojar la nariz en las peceras, porque somos faros en un Panda viejo y destartalado para atravesar la niebla, porque aún hay bancos de hielo hundiendo Titanics,
banco no crece de los árboles, banco no rompe el cascarón, banco no se gesta nueve meses en una matriz, banco ni siquiera toma forma a martillo y cincel o a pluma y tinta. 



lunes, 23 de marzo de 2015

Y te embarga una sensación de maravilla ante lo infinito.
Pero sólo cuando eres consciente de la nada significa algo el todo.
Haberlo tenido todo y ya no tener nada.

Ya no

Te escribo en esta noche, la más triste de mi vida, justo cuando ya no tienes interés en leerme. Pero ya no te veo, no me sientes, no me llamas, y no .
Dicen que el tiempo no tiene sentido sin un reloj, pero mis muñecas están vacías, mis paredes no sienten el tic tac, y sí el dolor, la desesperación.
Y es que cuando tu te fuiste, una parte de mí, una que me gustaba mucho, se murió. Y quiero que vuelvas con esa parte, para que, aún si no está viva, adorne los recovecos de mi ser y me recuerde lo que fui una vez.

viernes, 13 de marzo de 2015

Vivo como naturaleza muerta

Fluye el silencio como lo hace el viento
ojos que ya no son ojos y lo que fueran mis manos
están encarcelados, porque son y no dejan de ser,
estoy en una lata de café, al borde de la ventana.
Desde la oscuridad se ve todo más nítido, aprendes, ves lo que está ahí aunque no pase por tus retinas.
En algún momento viví en una caja de dulces
la luz inundaba mis pupilas, pero lo único que veía era decepciones por no encontrar la golosina.
¿Cuántas mañanas van a pasar para
volar más allá, donde se funde cielo y mar,
con los pájaros que emigran todos al compás?
Cuántas veces recuerdo el tronco de un ciprés
su porte elegante, como una vez fuera el mio
sus raíces profundamente clavadas en su sitio,
y quiero derramarme por la ventana, dejar atrás
la forma cúbica de la lata de café, colgar del borde,
olvidar el miedo al abismo y caer
pero caer hacia arriba, como caen las levedades
cuando no tienen nada que perder y todo que ganar,
elevarme como una semilla a buscar tierra fértil.
Y posarme en el suelo, absorber todo lo que ofrece,
crecer sano como un manzano, o un ciprés,
dejar mis frutos al alcance del niño y
ver cambiar la expresión de satisfacción.
Ser en potencia tantas cosas y ninguna todavía:
papel, libro, idea, párrafo, página, capítulo,
quizás revolución o ciencia ficción,
carta de amor o declaración de nueva guerra,
o pintura de museo o pegada en la nevera.
No importa la forma si de algo sirve a alguien,
las personas no se quieren entre ellas. Yo quiero
sentirme tan vivo como la naturaleza muerta.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Fluye

Cuando mis ojos ya no se abran
a sentir la luz, ciegas las pupilas
y las pestañas descansando suaves
sobre el azul pétreo de las cuencas
quiero arder como arde el papel,
como un libro, pasando las hojas
de mi ser, y páginas llenas de letras
que se consumen y se van para no volver.
¡Y qué tristeza, que dolor en el pecho,
que se tarda toda una vida
en hacer una persona,
y unos minutos en destruirla!
Cuando mis células no esten ya
unidas entre sí, cuando el tiempo
me quite mi cuerpo y mi mente
no pida más que sueño,
cuando por mis venas no fluya nada ya,
seco el interior de pasión y emociones
como única intención pasar el tiempo
entre almoadones y malas programaciones,
quiero fundirme en el aire, evaporarme,
devenir por el mundo, pasar a través de ti,
que no me veas ni me toques sino me sientas,
entrar en tus pulmones, condensarme ahí.
¡Y que alegría, que dicha sin fin,
que toda una vida mirándote y pensándote,
te miro y me veo luego en ti,
y fluyo por tus venas como tu fluyes en mí!
Te hablo, te escribo, te comunico amigo,
que igual que yo formarás parte al fin
del río en que te bañas
que también me contiene a mi.

martes, 10 de marzo de 2015

Amiga pasada y futura



Amiga,
compartimos risas y lágrimas
raspones en las rodillas y ceras blandas
en clase de dibujo,
y manchas de pintura en las mejillas
y tirones del pelo
y miradas de complicidad en el recreo.

Amiga,
compartimos confidencias y amores
emoticonos en la red y amores de papel
en la parte de atrás del aula
y éramos bien afortunadas
y malas influencias
y notas regulares.

Conocida,
cambiamos de vida y de gustos y disgustos
y te veo y veo que me ves
y haces como que no me ves
ya no te llamo amiga
ni conocida,
ni extraña,

ya no te llamo,
no me hablas,
no te cuento,
no me sientes,
no te veo,
no me llamas,

Extraña,
amiga de mi infancia,
de mis temperas de colores,
de cuadernos y exámenes,
amiga del pasado,
amiga sólo en las fotos
¿qué piensas ahora?

Egoísta,
te llevas mi pasado contigo,
y lejos y cerca es misma cosa
mil kilómetros es igual
que uno solo si no hay
futuros posibles
en que estemos cerca.

Y te llamo,
y me hablas,
y me río
y te ríes
y lloramos,
y se van

los futuros posibles
donde tu no estás.

lunes, 9 de marzo de 2015

El maniquí


No recuerdo el momento. Sentía cristales rotos en las palmas de las manos y el pavimento desprendía calor y humo que me embriagaba y hacía más difusos, aún si cabe, los rápidos instantes en que caí. No podía sospechar que mi espectáculo en el local iba a tener que posponerse.
Las putas no le importan a nadie, somos exactamente el tema que no hay que sacar a relucir en una cena que esperamos amena y agradable. Solamente existimos para un pequeño sector en la sociedad, eso sí, como mercancía y moneda de cambio.
Me estoy poniendo filosófica. No era mi intención, sólo intento evadirme de donde estoy ahora mismo. He estado desnuda delante de innumerables personas, pero únicamente hoy, en este mismo instante me siento de verdad expuesta. Y no, no me gusta nada. Pero no puedo hacer nada para remediarlo.
Huele a hospital, a lejía, a amoniaco. A sangre, suero, alcohol. A esperanzas vacías y a dolor. Huele a muerte en toda su expresión. Las moscas se pasean con gusto por la línea de cuerpos que, como el mío, descansan boca arriba sin más ropa que la propia piel. Y en algunas ni siquiera esto, podridas como estaban.
El espectáculo a mi alrededor es tan triste como macabro y surrealista. Es una obra de teatro en que el secundario, ebrio de furia, dispara su revólver de mentira hacia el protagonista y lo mata, dejando perplejos a los espectadores, que no saben si el rojo del suelo es mermelada o sangre derramada.
No me han dicho por qué estoy aquí, pero lo sé de sobra y ni una palabra va a salir de mis labios sellados, más por la resignación que por el miedo.
Cruel broma del destino, que de haber elegido desnudarme frente al mundo han decidido cubrirme de ropa, ellos. Pronombre, tercera persona, ajenos a mí. Moldean mi cuerpo, doblan mis extremidades, encorsetan todas femineidades que una vez me convirtieron en mujer, persona, y me descarnan, desgarran sin dolor toda la piel y la cubren con plástico, tóxico, tan artificial como inherentemente humano.
Un círculo de operarios - sí, han perdido el estatus de personas, son máquinas elaborando un artículo manufacturado- me rodean, sosteniendo sus herramientas, sin hablar entre ellos, empiezan a cubrirme, a producirme.
Echo un vistazo a mi alrededor. Por un lado cuerpos y cuerpos ordenados según acaban de procesarse, en cintas transportadoras que llevan a cajas, que llevan a camiones, que salen por la puerta a satisfacer una necesidad. Por otro lado, trabajadores llevando a gente como yo en brazos, éstos inconscientes, aún con el dolor latiendo en la nuca y la sangre que empieza a secarse.
Sellan mi boca. Me río, pues nunca he dicho nada que pudiera ser objeto de un control hacia mis palabras, y empiezo a arrepentirme de ello.
Taponan mis oídos. Revivo las veces en que caminaba por la montaña con mi padre, antes de tomar mi decisión, antes de desnudar mi cuerpo, cuando aún era su hija. Al llegar arriba los sonidos pasaban por mis oídos como un filtro, como si la naturaleza fuera lejana y solamente importase el ahora.


Mis manos hace tiempo que no se mueven y las lágrimas corren sin obstáculo por mi cara. Lo último que veo es el reverso de la máscara, que se acerca a mi rostro, y me gustaría que fuera un sueño, me gustaría despertar ahora en la cama que abandoné hace unas horas para hacer no recuerdo qué.


Ilustración de I.R.H.

domingo, 8 de marzo de 2015

Ojos castaños

No me mires de esa manera,
ojos castaños
del furor de un amanecer,
que me arde la cara,
como la madera de tus ojos
en vetas color miel.

Pestañas claras decoran
el marco de tus ventanas,
a un mundo lejano y no olvidado
que empapa esas vidrieras
con lágrimas saladas
de recuerdos encontrados.

No fuerces los párpados,
sueña, sueña, sueña,
que no soltaré tus manos.

No cierres las alas,
vuela, vuela, vuela

y vuelve pronto a mis brazos.