martes, 9 de junio de 2015

Para Josh, carta de intenciones

Para escribirte
debo hacerlo en imperativo,


en enérgica orden gramatical
escondido entre exclamaciones


y abrazarte en interrogación
de no saber la respuesta, ni la pregunta.


Para acercarme, 
se necesitan mil dientes de león


al borde de mis labios soplando,
otros tantos en velas de cumpleaños


de noches en vela y estrellas fugaces,
para pedirte como el deseo.


Para verte
hay que cerrar los ojos y abrir la mente


separarte de los demás cuadros,
colgado en una pared blanca desierta


analizar tus manchas despacio
encontrarte los colores amalgamados.

Para entenderte
conocerte a ti, también tu circunstancia


hay que perderte de vista
y de tacto, y oído y gusto y olfato.


No necesito nada más,
que tú mismo en sobriedad


a la altura del paladar y las pestañas
y el hígado y las entrañas


nada más que la simpleza de tu gusto
para poderte disfrutar.



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