martes, 25 de agosto de 2015

Niñas del ayer

Mamá, quiero ser una niña de las de antes, que no eran conscientes de ser niñas y jugaban a rasparse las rodillas fuera de casa. No quiero una escalera al cielo, para encontrarme con un techo de cristal. Quiero vivir sin jaulas como vivió Alejandra, y si las jaulas no se vuelven pájaro, me iré con ella.
Mira mamá, quiero jugar a ser Adela y Carmen y Teresa, que quiero ser niña inconsciente para no ver que las tiritas de mis rodillas llevan flores, que el papel pintado de la pared de mi cuarto siempre es rosa, que no azul, que no verde.

Quiero jugar a ser mamá, mamá, sin que me empuje a la maternidad la tinta indeleble de la tradición, quiero mis hijos elegidos no impuestos, mi vientre no es habitación de alquiler, no es piso de estudiantes ni chalet familiar.

Mamá, voy a buscarme y a encontrarme. No volveré a firmar como (inicial y apellido). Voy a jugar a ser Cristina, a alzar el vuelo en mi jaula y atravesar el techo de cristal, quiero ser esa mujer que sabe que todo lo que brilla no es oro, que ve más allá, que no compra escaleras al cielo, que a sus pies está el último peldaño. 

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